
La película protagonizada por Michael Fassbender tiene uno de los saltos realizados desde más altura de la historia del cine ¿Cómo se hizo?
Llevado a cabo por Damien Walters, especialista de escenas de riesgo y atleta olímpico de salto de trampolín, este «salto de fé» como se le conoce en el mundo de Assassin’s Creed se ha realizado desde 38 metros de altura y filmado sin efectos digitales, el legendario productor Frank Marshall (Indiana Jones) y el director Justin Kurzel han querido que Assassin’s Creed sea una película física, sin artificios digitales en exceso y con este salto espectacular lo demuestran.
En todos los juegos de Assassin’s Creed es habitual que el personaje suba a una atalaya o a una torre de una catedral para observar de primera mano todo lo que ocurra a su alrededor y conseguir misiones. En la versión de celuloide ese momento clave no tiene que faltar.
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